¿Boxing Day o langostinos y turrón? La Premier y su dominio de los tempos

Fue Lucas, un amigo de Cangas del Narcea, el que me salvó las navidades. Cinco días seguidos en casa de mi madre me avocaban a mirar para el móvil sin cesar o a tragarme la mierda que estuviese puesta en la tele. Con mi hijo mayor ya en los quince años, y siendo un obseso de la NBA, la crisis familiar por tener que aguantar canales convencionales se elevó a clima de pre-guerra. No daba tiempo a pedir un ChromeCast y que llegase en forma y lugar para salir del atolladero. Así que acudí a Lucas y éste, en magnánimo gesto, me dejó su cacharrín de Google para poder meter la televisión de mi madre en 2019. El suspiro de alivio se escuchó hasta en Tineo.

Ya os imagináis: series y pelis de Netflix descuartizaron Sálvame, la tarde del 25 se la quedó íntegra la NBA, pude ver el Red Zone del domingo de la NFL a cachinos durante varios días… y el día 26 nos pegamos una panzada de Boxing Day y Premier League de quitar el sentío. Ese día comprobé que la gente que pasaba por aquel salón se quedaba mirando un rato y preguntaba intrigada: ¿quiénes son? ¿cómo van? ¿éste no es español, no jugaba en el…? Familiares de diversa índole predicaban el placer de poder ver algo así sin tener que acudir al entretenimiento generalista que, como todo lo generalista, no gusta a nadie. Fácil me di cuenta del poder de ese día en el calendario de la Premier, de la ventaja competitiva que supone con respecto al resto de las grandes ligas de fútbol europeas, esto es, LaLiga, Bundesliga y Serie A.

Todas las referidas paran por Navidad. Las tradiciones y el estar con la familia. El langostino y el turrón. El respeto al trabajador en fechas tan señaladas. Basura, todo ello pura basura que nada encaja con la cultura del espectáculo (a la que pertenecen), y un ejemplo más de porqué la Premier les está comiendo la tostada a marchas forzadas en casi cualquier aspecto del negocio del fútbol que uno pueda imaginar.

La poderosa actividad de la Premier League en Navidad es una de sus armas más diferenciales en esta contienda. Amparados en su propia tradición, algo que son capaces de vender estupendamente, no sólo te calzan el Boxing Day, con partidos de índole regional (ja al calendario simétrico y sorteado, ja, ja y tres veces ja) para que lo aprovechen los que vuelven al hogar esos días y llenen las gradas (con lo que eso mejora el espectáculo visual), si no que te meten jornadas sin interrupción durante esta quincena. Y, así, el sediento de fútbol sólo tiene esa opción para saciarse, consiguiendo que no pocos seguidores casuales y/o viciosos de otras competiciones posen sus ojos sobre ellos. El porcentaje que se quede será para siempre, y los beneficios que se obtengan de él recurrentes, que es la base de todo buen negocio.

De las musas al teatro, los números respaldan esta afirmación.

Amazon Prime ha comprado la jornada del Boxing Day en Inglaterra para los próximos tres años por un valor anual que supera los 115 millones de euros. Este contrato es por dos jornadas por temporada, así que no todo se puede achacar a la Navidad, pero no es menos cierto que esa otra jornada es casi una prueba técnica para que nada falle cuando 12 millones de personas se conecten a la vez el 26 de diciembre y, por lo tanto, el grueso mayor del montante de este contrato se puede aplicar a la jornada navideña.

Desde Amazon UK afirman que este año han tenido el mayor porcentaje de aumento de suscriptores al Prime de toda su historia y, sin duda, es debido a aquellos que querían ver el fútbol, según su propia nota de prensa (imposible de refutar con datos, pues no son públicos, pero es más que plausible la veracidad de la afirmación)

En Estados Unidos, por ejemplo, la NBC aporta 166 millones de dólares a la Premier por los derechos anuales de emisión, y el Boxing Day supera en más del 10% las audiencias medias de cada jornada de la competición, excluyendo finales e inicio de campeonato. Este mismo año el Liverpool-Leicester tuvo un 39% más de audiencia que el partido de mismo horario del año pasado. El crecimiento en USA de la liga inglesa es un factor diferencial poderoso, pues, por ejemplo, LaLiga es invisible allí y se pelea por conseguir contratos de 15 millones de dólares. Echad cuentas.

Aquí mismo, en España, DAZN ha vivido los días de mayor audiencia de toda la temporada, tanto de la Premier como de la parrilla en general, de su aún corto periplo en el país. No constan datos, pero fuentes internas de la compañía afirman que los ejecutivos están muy satisfechos con cómo han marchado las cosas en Navidad, en España (en Navidad, en España), en cuanto a aumento de suscripciones y visionados de los partidos ingleses.

La diferencia, sumadas todas las pequeñas cosas, es más que notable. Cada partido de la Premier está valorado, a título individual, en unos 10,24 millones de euros, mientras que cada partido de LaLiga ronda los 2,27 millones de euros. Eso lleva a que sólo dos equipos de LaLiga, y no hace falta que los nombre, estén en la parte alta de ingresos televisivos del fútbol, y por detrás del big six inglés, y sólo otro, que tampoco tengo que nombrar, se mantiene en cifras Premier (y en la parte baja). El resto, a años-luz de los veinte equipos ingleses de su primera división.

No ver que esta es la gran base del actual dominio de las islas sobre todo el continente en el fútbol me parece estar muy ciego. Porque no todos los años los cuatro finalistas de Champions y Europa League van a ser ingleses, no todos los jugadores van a ser mejor pagados allí, no todos los técnicos de renombre van a buscar su futuro en esa brillante competición… pero la tendencia es obvia.

No pretendo, ni mucho menos, argumentar que las jornadas navideñas son las causantes de esta divergencia clara en el crecimiento de la Premier con respecto al resto de competiciones. Las razones son profundas, complejas y múltiples. La organización interna, la apuesta por vender marca en vez de clubs, la influencia histórica con sus colonias del viejo imperio británico, lo cuidado del producto, la población propia del país… todo es relevante. Pero no es despreciable, ni mucho menos, lo que hacen cuando los demás descansan, que no es otra cosa que captar a mucho indeciso, que darnos lo que pedimos muchas personas del planeta en nuestro tiempo de ocio: deporte, fútbol.

Me acaba de escribir mi cuñado para decirme que dónde puede ver la jornada de hoy. Que tomen nota los profesionales del fútbol español, que están en casa pasando estas fiestas tan entrañables con los suyos, cuando en junio vengan los balances de la temporada. Chin-chin con una copa de cava por todos ellos.

 

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